SOY DULCE… ESCUCHÁ MI EXPERIENCIA.

Mi cita comienza en un hotel muy bonito, un señor muy apuesto de barba bien arreglada, camisa blanca entallada y unos jeans que le quedaban casi perfectos, él olía muy rico ?. Yo llevaba una blusa sutil con una calza color piel al tono que marcaba mis glúteos y hacía denotar mis atributos.

Subimos al ascensor y él acomodó mi cabello, me acarició el rostro y se presentó.

– Hola, mi nombre es Diego. Buscaba una señorita en el sitio y me decidí por ti. Entonces, le pregunté que lo había llevado a tomar esa decisión (me gusta preguntar para aprender y así mejorar mi servicio a futuro), a lo que me respondió:

– Fue tu presentación, allí dice que en tu primera cita no vas a domicilio, sólo hoteles por un tema de seguridad, y bueno, eso fue, me diste confianza, me pareció de alguien seria y cuidada… y yo busco lo mismo.

Ya en la habitación le pedí se pusiera cómodo para yo ponerme bonita. Al salir, él me esperaba en el sillón con dos copas de vino ??. Conversamos un rato, intercambiamos propuestas y fantasías, la luz era tenue y la música suave. Me sentía muy cómoda, como si ya nos conociéramos. Me pidió si podía bailar para él. Yo me había puesto un conjunto negro de tul que dejaba ver mis pechos y mi vagina, llevaba tacos altos y un vestidito al cuerpo de una tela muy suave que al rose con la piel y tacto se siente muy bien.

Baile para él, mientras me observaba se tocaba por encima de su pantalón, me acerqué y lo besé en los labios. Él con sus dedos en mis hombros corrió mis breteles y dejó caer mi vestido tan suave acariciando mi piel, luego bajó sus manos y me tomó de mis glúteos acercándome a su cuerpo, me levantó y me sentó sobre una barra y comenzó con suaves lamidas como las de un perrito hasta llegar a mi clítoris. ¡Qué delicioso pensé!… Ya entraba en clímax ???, entonces le pedí besar su miembro erecto.

– ¿Quieres sentir mi boca caliente en tu pene tan rico amor? Él, asintiéndome con el rostro, me dijo:

– Suave amor, no quiero venirme demasiado rápido.

Luego, él ya bien excitado ?, se puso de pie y me dio vueltas, me corrió mi tanga y me penetró, tan suave lo hacía que sentía como poco a poco iba entrando cada centímetro de su pene dentro mío, mientras con sus manos acariciaba mis pechos turgentes pero suaves, con tanta fragilidad que hacían erizar mi piel, me besó en el cuello y me susurró al oído.

– ¿Te gusta cómo lo hago amor? Siento la suavidad y la humedad de tu vagina estrechita.

Se quitó el preservativo y me pidió acabar en mis pechos. Su tibio semen corría por ellos.

– Quiero volver a verte serás mi adicción bonita.

En cuanto iba al baño a lavar mis pechos y volví su pene aún seguía erecto, comenzamos de nuevo. Llegué a mi orgasmo esta vez, y le dije:

– Ha sido un placer conocerte, me gustan los clientes como vos, bien cuidados e higiénicos… Por cierto, ¡hueles riquísimo!

Y así fue, nos vemos cada semana y pasamos hermosos momentos entre charlas ?… Diego es muy interesante.