Relato mi experiencia sexual lésbica con una señorita, ambas ex Área Vip, que en su momento publicábamos Dúo Lésbico. No haré mención de nombres, a ella la llamaré Chica XXX y al caballero, como el Mexicano ??. Yo soy Dulce, año 2015, experiencia que llegó a ser anécdota en Despedidas de Solteros y Eventos.

Este relato transcurre una tarde de verano cálida, en Córdoba, día de partido, un clásico el cual miraban (pedido que Chica XXX propuso para ir, ya que es fanática del equipo). Me llama ella:

– Hola Dulce, ¿estás desocupada mi amor? Estoy con un caballero en su domicilio, miramos el partido, no me lo podía perder. Me vine con la camiseta, tomamos unas birras y él quiere Dúo Lésbico con la Dulce, je je, ¿podés?

– Puedo, sí, me baño y salgo para allá.

– Te esperamos mi amor, trae disfraces.

Me bañé y preparé mi bolso con algunos disfraces, juguetes, tacos, mucho lubricante y salí a mi cita. Ella me recibe:

– Pasá Dulce. Me abrazó y me dio un pico. Justo está el partido en el entretiempo, estamos tomando algo, mientras ponete cómoda… y me sonrió ?, – tenés mucha ropa y hace calor Dulce. ¿Qué te sirvo para tomar? Cambiate y te esperamos en el living así le damos la sorpresa.

Voy a prepararme al baño, me pongo crema para estar muy suavecita, un poquito de aceite y perfume. Vestido al cuerpo, bien cortito, color blanco, dejaba ver mi ropa interior con una tanguita y sin sostén, tacos altos que le dan el toque, hacen ver mi colita más paradita. El pelo suelto, olía fresco y suave con notas dulces de caramelo.

Fui al living y ahí estaba ella, mi Chica XXX, morocha voluptuosa de labios carnosos, pelo largo y negro y unos ojazos de gata. Puesta tenía una camiseta del equipo, atada debajo del busto, medias largas y un short bien ceñido que resaltaba su cintura pequeña dejando al descubierto parte de su colita y, ¡Dios!, lucía de infarto. Ella es muy llamativa con sus tatuajes y sus curvas.

Él se lucía con su traje de aviador y camisa blanca desprendida hasta la mitad de su pecho, gorra del uniforme, sin chaqueta y sin pantalones ya, bien aseado y cómodo, lucía fresco y elegante, de mirada profunda y sonrisa grande. Se presentó:

– Hola, soy mexicano, piloto de avión ? y estoy de pasada. Me relajo un poco antes de regresar. Me voy a alojar aquí unos días y me dieron muchas ganas de divertirme con dos putitas ricas, – Dulce, que placer conocerte. Gracias por venir. Estás muy bonita con ese blanco angelical. Dame una vueltita para mirarte.

Yo giraba mientras el acariciaba mi cola y dijo:

– Chicas, me gusta disfrutar de un sexo más tántrico, no voy a penetrarlas, lo prefiero así. Si voy a pedirles que sean mis actrices porno. Quiero que interpreten cada una de mis fantasías mientras yo me toco y admiro tomando el control de mi eyaculación. Yo lo prefiero así, deseo un momento placentero, sin apuros, sin reloj. Por el dinero no se preocupen, por cada interpretación habrá un premio y pago con dólares ?.

Yo seré su juez y espectador. Y agregó: – Vos morocha, vas a ser mi mujer y ella es nuestra empleada. Yo llego de un vuelo del trabajo a casa y las encuentro en la cocina comiéndose. Vos amor, estás detrás de ella, besando su cuello y ella prepara algo rico en la mesada, – vos siempre estás coqueteando con la empleada, mientras no estoy porque te gusta al igual que a mí. No sabemos si a ella también, pero prefiere conservar su empleo. Yo sabía que un día las iba a encontrar, hasta el momento solo las veía por las cámaras de seguridad, yo no me hice notar, las miré de lejos para no desconcentrarlas.

Nos miramos y con algo de sonrisa en los labios por sus peticiones, nos fuimos a vestir y así lo hicimos. Luego dijo: – Chicas, ¿no tenían que irse?

– Pero, ¿dónde?… Pregunté, estamos desnudas.

– ¡Corran!, se va su yate ⛵, las espera en el muelle, (señalando el parque con su dedo), ¡vamos, apuren!, no pierdan su viaje. Las espero a su regreso. ¡Mis amores diviértanse!

¡Y corrimos desnudas con los pechos bamboleando, el pelo en movimiento, agitadas y al ritmo acompañado de risas y gritos!

– ¡Esperen!, dijimos, no se vayan sin nosotras por favor, hasta llegar al quincho (Él quería vernos correr desnudas de tacos por el césped). Ya en el quincho nos invitó a hacer una pausa, nos sentamos y preparó algo rico de tomar. A la porteña le acaricie los hombros y le besé los labios ? (él seguía de espectador) y dijo:

– Ahora quiero que bailen para mí, estamos en un club nocturno de señoritas desnudas y calientes, con la piel aceitada, de tacos altos. Ustedes ofrecen su show y yo les doy mi propina si se portan bien.

Nos fuimos a preparar mientras tomábamos un refresco. Nos aceitamos el cuerpo y nos pusimos tangas castigadoras (las de las tiritas largas para atarlas toda). Ella color negro, de cuero vinílico y yo fucsia de látex, medias no tan largas y arnés con portaligas.

Nos comimos la conchita con lamidas suaves y consecutivas, tales como las de un perrito, tijereta, un poquito de fricción en los clítoris y empezamos a humedecernos. Él nos miraba desde un sillón, en una mano una copa ? y con la otra se tocaba por encima. Ya se notaba la dureza en su pene erecto. – ¡Bravo! Dijo aplaudiendo ?, ¡hermoso chicas! Que ricas que son.

Ahora pasamos a la última fantasía, jugamos a que ustedes dos son primas, mías también. Los tres quedamos solos cuidando la casa, nuestros padres de viaje. Tenemos tiempo, tres adolescentes con las hormonas a flor de piel, miramos una peli subida de tono y nos estamos excitando. Ustedes se van a la habitación y yo las oigo. Están recostadas y entre sus piernas ponen almohadas para frotarse sus conchitas calientes, bien mojadas y yo las escucho reírse. La curiosidad me gana. Voy a espiarlas detrás de la puerta, sin que me vean mientras me toco la pija y se besan la boca.

Ahora una encima de otra con movimientos más suaves se mojan ? y yo no puedo aguantar. Entro a la habitación y me recuesto – ¿podrían besarme el pito las dos a la vez? Y me vengo en sus boquitas. – Mejor en las tetas amor y a ella en su colita. Mejor súbanse en mis piernas y mastúrbense, muévanse y no paren mientras me toco… y ¡wauuu! que vista desde acá, esos pechos suaves en constante movimiento. Quiero que nos besemos los tres, no aguanto más. Me voy a terminar toda esta leche caliente y exploté de placer ?.

¡Ufff! ¡Qué rico! Quedamos tirados en la cama uno al lado del otro, con las piernas cruzadas y el corazón por explotar. No paro de jadear y la sonrisa en el rostro. Nos contó que esa historia de las primas era real.

Mientras nos dábamos un baño y nos preparábamos para irnos ya era la mañana, hermoso amanecer de verano tranquilo, aún fresco por la hora. Nos sirvió café ☕ y medialunas. Desayunamos y nos fuimos, conformes con la paga y con una experiencia divertida, ¡una historia diferente!